sábado, 13 de abril de 2013

A resurrección de Xesús.


     Bultmann, un piadoso exégeta muy influido por Heidegger, emprendió la tarea de "desmitificar" el cristianismo.  Entró en la teología tradicional como un elefante en una cacharrería.  Pretendió eliminar todos los excesos fantásticos, toda la religiosidad milagrera, toda la retórica anacrónica.  [...]  La resurrección de Jesús no había sucedido en el espacio y el tiempo real, sino en la experiencia de los creyentes.  Jesús resucita a través de la predicación [...].
     [...]  Aunque Bultmann recibió toda suerte de críticas, la teoría vertical se fue imponiendo a la teoría horizontal.  Jesús resucitaba en el corazón del cristiano.  Pero la exégesis más tradicional no podía perder el hilo histórico, lo que la forzaba a unas explicaciones concordistas que con frecuencia suenan a galimatías.  Willi Marxten tranquilizó a muchas conciencias introduciendo una variación apaciguadora.  Lo que con la fórmula de la resurrección se confiesa "es que, al abrazar la fe, se ha experimentado que Jesús vive, actúa; se confiesa que su pasado es presente".  Su fórmula, que hizo fortuna, es "Die Sache Jesu geht weiter", "la realidad de Jesús continúa".  [...]  En el reciente libro de torres Queiruga Repensar la resurrección (Trotta, Madrid, 2003), podrá encontrar el lector el estado actual de la cuestión, que es muy confuso.
      J.A. MARINA, Por qué soy cristiano, Ed. Anagrama, Barcelona, 2005, pp. 98-99.

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