viernes, 12 de abril de 2013

A verdade para Xesús: Fundamento.

    
     Es cierto que Jesús insistió en que había venido al mundo a dar testimonio de la verdad (Jn 14, 16), que dijo "Yo soy la Verdad" (Jn 14, 6), "Si permaneceis en mi palabra conoceréis la verdad". [...] para entender esto hay que entender lo que podía significar para Jesús -un judío, criado en ambiente judío- la palabra "verdad".  En el lenguaje bíblico "verdad" no es aletheia, descubrimiento, luz, conocimiento [como lo era para los antiguos griegos].  Verdad es lo que funda nuestra acción, lo que nos permite construir encima, y "hacer la verdad"  (`asah´émet´) era sinónimo de "vivir virtuosamente" (Gn32, 11; Is 26, 10).  Convertirse a la verdad es "apartarse de la iniquidad".  En los textos de Qumrán "verdad" significa "norma de acción".  Lo contrario a esta verdad no es el error, sino la maldad.  Lo contrario a esta fe no es la incredulidad, sino el mal obrar, la mala fe.
     La revelación de Jesús es que la Verdad es una acción, a saber, la caridad.  "Marchad por el camino de la caridad, imitando a Cristo que amó con caridad (Ef 5,2).  Más aún: la gran Verdad es que Dios es Amor.[...]
     [...]"El que no ama no conoce a Dios" (1 Jn 4, ).  Nos enfrentamos a un peculiar conocimiento práctico.  A Dios no se le puede conocer: sólo se le puede realizar.  El Reino de Dios -escribe San Pablo- no consiste en palabras, sino en acción.  El camino no es desde el conocimiento a la acción, sino de la acción al conocimiento.  En esto Jesús era fiel a la enseñanza de los profetas de Israel.     [...]  Nadie puede decir "Jesús es el Señor" sino quien practica bondad, justicia y rectitud en la tierra, movido por el espíritu.  El supremo consejo del nazareno es: "Buscad el Reino de Dios y su justicia, y todo lo demás -supongo que incluído el conocimiento- se os dará por añadidura."
JOSÉ ANTONIO MARINA, Por qué soy cristiano, Ed Anagrama, Barcelona, 2005, pp. 123-125.

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